A menudo nos encontramos imágenes en las que los libros nacen de un árbol, como frutos pulposos en cuyo interior duermen el saber y la fantasía. 

Esta analogía es correcta en dos aspectos: los libros, al menos parte de ellos, provienen del mundo vegetal y su interior es todo celulosa, fibra hermana de la madera. Al igual que los árboles, los libros poseen hojas que viven asidas y que no pueden unirse de nuevo cuando se separan; hojas voladoras que se hacen quebradizas y se tiñen a medida que envejecen.  

Por otro lado, los libros son frutos raros que se toman su tiempo para nacer. Las novelas, por ejemplo, duermen por años en la mente del autor igual que las semillas de roble o encino. Luego brotan lentamente, convertidas en grafismos que se agitan sobre el papel o la pantalla, y forman palabras, enunciados, imágenes, historias e ideas; trenzándose como lianas o raíces, formando auténticas galaxias de saber y de sentido, muy semejantes a las flores en la variedad y extravagancia de sus formas y tonalidades, en su composición que es mitad materia y mitad espíritu, aroma, trascendencia, memoria. 

Sin embargo éste es apenas el comienzo. ¡Toma un libro y ábrelo! Admira su cuidadosa encuadernación y la exactitud con que están cortadas sus hojas. Pasa suavemente los dedos sobre el papel y siente su textura. Observa la elegancia de su impresión y su tipografía, la delicadeza de sus ilustraciones. Lee algún pasaje y comprueba la claridad y orden con que están expuestas las ideas, la revisión esmerada de la redacción y la ortografía. Pasa sus páginas una por una y revisa su numeración, la organización de sus párrafos y sus cornisas, así como el equilibrio de los márgenes: frontera entre el texto y la profundidad del espacio en blanco.  

Como puedes ver, para que un texto se convierta en libro debe pasar por un cuidadoso proceso que involucra a muchas personas, cada una especialista en su función. El lugar donde esto ocurre se llama casa editorial. 

Dictamen

Cuando un texto llega a la casa editorial debe pasar por el dictamen de un grupo de especialistas que lo leerán atentamente y decidirán si conviene o no publicarlo. Si encuentran que está bien escrito y fundamentado; que es interesante y claro en su exposición; que puede ser atractivo para el público lector y si coincide con los principios y el perfil de la casa editora pasa a la siguiente etapa. A menudo, los dictaminadores pueden sugerir ajustes como condición para la publicación.  

Una vez que el escrito ha sido aprobado se pone en manos del editor, quien será encargado de planear cada detalle de la producción del libro; por ejemplo cuáles serán sus medidas, si será un libro de pasta dura o edición rústica, qué tipo de letra utilizará y de qué tamaño será está, si tendrá ilustraciones y si éstas serán a color o en blanco y negro. Los editores mantienen un contacto directo con el autor e incluso pueden sugerir cambios en el texto si lo creen conveniente. También supervisan al resto del equipo y son los que aprueban en cada etapa del tránsito.   

Corrección de estilo

La primera estación donde se detiene el texto es la corrección de estilo. Por lo general, el autor hace innumerables revisiones de su obra durante y después de la redacción. Sin embargo, los libros son como selvas intrincadas en cuya densidad se pueden ocultar alguna falta de ortografía, o bien algún error gramátical o de síntaxis. El corrector es el explorador encargado de internarse en el texto y andar sus veredas en busca de erratas. Una lectura nunca es suficiente para pulir completamente un texto. Casi siempre es necesario revisar el texto por lo menos dos veces antes de pasar a la siguiente sección, y aun así ésta no será la última vez que el texto vuelva a manos del afanado corrector. 

Cuando la corrección de estilo ha sido aprobada por el autor y el editor, la obra pasa al departamento de diseño, donde se forma el texto; es decir donde deja de ser sólo texto y empieza a convertirse en libro. Aquí se ajustan los márgenes y párrafos, las columnas y el paginado, las cornisas y las citas a bando, el interlineado y las notas a pie de página. También es aquí donde asigna el tipo de letra que tendrá el libro y donde se acomodan los dibujos y fotografías; aquí se diseñan el lomo, la camisa, las solapas y los forros.

Ilustración 

En el caso de las imágenes, algunas editoriales cuentan con un departamento de ilustración donde trabajan artistas que se dedican a dibujar viñetas, esquemas, caricaturas o cualquier otro requerimiento gráfico de la obra. En algunos casos también hay fotógrafos que cumplen el mismo papel.

Impresión 

Cuando el libro y su contenido están listos se hace una impresión preliminar del texto que recibe el nombre  de “pruebas finas”. Éstas se envían por última vez al corrector de estilo, quien verifica la uniformidad de la obra: que esté todo escrito con la misma letra, que las cornisas y números de página estén siempre en el mismo lugar, que los márgenes sean uniformes, que no haya huérfanos ni callejones en el texto y que ninguna errata o imperfección se haya escapado durante el proceso de edición. Después de que el corrector ha hecho la revisión de pruebas finas, el escrito pasa finalmente a manos del autor, quien aprueba su publicación. A continuación se envía a la imprenta y a los talleres gráficos, donde se convertirá finalmente en un libro. 

En el caso de los libros electrónicos se sigue un proceso idéntico, salvo que el libro no se imprime sino que se transforma en un archivo digital de lectura. La Universidad Pedagógica Nacional, a través de la Dirección de Difusión Cultural y Extensión Universitaria y en particular la Subdirección de Fomento editorial te invita a consultar las publicaciones destacadas; entre las que puedes encontrar Métodos de investigación educativa, obra digital gratuita que te puede interesar si eres nuevo en la investigación, porque se enfoca en proporcionar elementos básicos para comprender lo que es el método y las formas, además de contenidos que derivan para su aplicación en procesos de investigación educativa. 

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  • Última Actualización:Jueves 25 Abril 2024.
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